Incómoda. Porque no sabes si abofetear a protagonista por imbécil, a su mujer por blanda, a sus amigos por cretinos... O a ti mismo por que al fin y al cabo en parte somos iguales en pensamientos y en obras. Una historia en la que se sugiere desde el principio un final dramático y que paso a paso los protagonistas van encaminándose al desastre. Realmente no sabes si lo peor es la ausencia de pautas morales lo que incomoda, o si es el hedonismo social, el placer por el placer que provoca que se deje en segundo plano la sensatez.
Es buena. Si la leéis días más tarde de acabarla seguiréis dando vueltas a las extrañas formas que tiene el destino de bajarnos los humos.
